El proceso de globalización puede llegar a ser tan masivo que en ciertas ocasiones logra opacar la cultura nacional, propia del país que la recibe. La influencia de los países considerados como potencias a nivel mundial es tan poderosa que "impone" sus tendencias y aspectos culturales a gran escala. Por esta razón, las naciones que no poseen una cultura nacional arraigada profundamente con orgullo autóctono son fácilmente influenciados por otros países que han unificado sus sociedades por medio del mercado, comercio u otras formas de comunicación.
Un gran ejemplo es el de Estados Unidos. Este país considerado potencia mundial, ha logrado a lo largo de los años expandir su cultura y conocimientos a una velocidad espeluznante. Es realmente fácil notar cuán influenciados han llegado a ser varios de los países de Sudamérica. A tal punto que han perdido en ciertos aspectos varias de las tradiciones y aspectos culturales que los identifican.
Como conclusión, podemos afirmar que la globalización tiene muchísimos aspectos positivos. Esta ayuda a las sociedades a crecer y adoptar nuevas ideas y tendencias extranjeras que podrían mejorar su estado de situación económica y evolutiva. Pero tambión puede opacar la cultura nacional que representa e identifica con "orgullo" a sus soberanos habitantes.
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