"Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" nos dice Jesús (Mt 22, 21). Y es en estas sencillas palabras, donde nos invita a respetar las leyes y a la autoridad civil, pero también a darle el lugar que Dios se merece, que esta por sobre cualquier gobierno de los hombres.
San Pablo en la carta a los Romanos nos dice "Dadle a cada uno lo que se le debe: a quien tributo, tributo; a quien impuestos, impuestos; a quien respeto, respeto; a quien honor, honor." (Rom 13, 7). Nos repite nuevamente como debemos comportarnos frente a los gobiernos, y seguir las leyes que nos plantean dentro de lo que esta en los gobiernos y sus leyes.
Pero, ¿Qué sucede cuando las leyes gubernamentales se oponen a las leyes de Dios? Es ahí cuando debemos tener en cuenta "dar a Dios lo que es de Dios", porque a pesar de que debemos respetar las leyes, Dios esta por sobre esas leyes que el hombre ha impuesto poniendo en un plano relegado a Dios. Esto sucede porque los gobiernos creen que pueden formar una sociedad sin Dios, y empiezan a perder los valores y la esencia del ser humano.
El ejemplo más claro es el aborto, donde las mujeres que tiene embarazos no deseas deciden por su "libertad" matar al niño que se esta formando dentro de ellas. ¿Dónde queda el derecho fundamental a la vida? En estos casos debemos ponernos a pensar, ¿Qué hubiera sucedido si nuestras madres hubieran pensado de esa manera? Probablemente algunos de nosotros no estaríamos vivos hoy en día. Imaginémonos que la madre de el Papa Juan Pablo II, hubiera decidido abortar, nos hubiera quitado el privilegio de conocer a un gran santo, un gran líder. ¿Qué le enseñamos a nuestros hijos al aprobar leyes anti-vida? Estamos perdiendo los valores en nuestra sociedad, y dejando a un lado a Dios, que debe ser lo más importante en nuestras vidas.
Aquí también les dejo un vídeo sobre la objeción de conciencia en la educación de España, vale la pena que lo vean.
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ResponderEliminarMuy interesante. No me despegue de la lectura ya que cada argumento lo planteas de una forma sencilla, entendible y practica. Lo que sí, el concepto en sí de la "objeción de conciencia" no lo puedo ver claramente. También me gustó mucho el hecho que hayas usado citas bíblicas para argumentar.
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