lunes, 21 de noviembre de 2011

Había una vez, un humilde niño de 11 años de familia pobre pero fuerte de corazón y con mucha fe, iba todos los días a las 7am a la cima de la montaña a la fábrica de chocolate de cacao más grande de Latinoamérica, el dueño de la fábrica había conocido al pequeño niño porque lo veía subir la montaña siempre. El niño un mes antes de navidad vio un letrero que decía que para noche buena iba a haber una feria que solo entrarían 20 niños, el niño feliz fue a su casa de regreso a decirle a sus papás, los papás respondieron no tener dinero y que si él quería entrar a la fábrica le iba a tocar trabajar más duro.

Los días pasaban y el niño no conseguía dinero suficiente, al ir caminando y contando sus centavos de regreso a su casa de noche ve una billetera, se agacha y la toma al mirar en su interior el pequeño ve que el propietario era conocido no supo qué hacer y la llevo a su casa, tras una noche pensándolo que hacía con ese dinero a la mañana siguiente decidió consultarle a los papás, sus padres le dijeron que era su decisión para ponerlo a prueba.

Al día siguiente el niño fue a la casa del propietario de la billetera y se la devolvió pensando que el pequeño niño iba a recibir una recompensa, fue y se la dio el viejo señor agradecido le dio un abrazo y una pequeña charla por su humildad, al irse el niño salió sin ninguna recompensa, triste él pensó que por su humildad iba a recibir un regalo de Dios, pasaron los días y se acercaba el día de la feria y no recibía nada. El niño ya olvidado de esa feria se puso a trabajar y trabajar, unos días antes de la feria el pequeño se había dado cuenta que había tenido bastantes clientes comparado con los meses anteriores y llegó a tener el dinero para cumplir su sueño e ir a la fábrica de chocolate.
Moraleja: Si le pides algo a Dios, el señor no te lo dará pero sí te dará las oportunidades para lograrlo.

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